Las
personas que son desobedientes o que están fuera de la Voluntad de Dios, que no
están en comunión con el Señor o que son poco espirituales, que en realidad no
viven en el Espíritu ni acuden al Señor para recibir su guía, y que no confían
en El, son superficiales. Es pura carne superficial, ¡y están condenados a
cometer muchos errores!
Es peligroso que las personas sean
superficiales, que carezcan de profundidad en el Señor, de profundidad en el
Espíritu, que sean puramente superficiales en la carne, carnales y de
mentalidad carnal. Son como Saúl, fuertes, pero apenas en su propia carne; se
fían tanto de su propia inteligencia que siempre toman sus propias decisiones,
que por lo general resultan ser equivocadas porque en ningún caso podemos
conducirnos según nuestro razonamiento natural, con la mente carnal, cuando
quizá el Espíritu de Dios sabe que la solución es otra, como ocurre con
frecuencia.
¡Te necesitamos mucho, Señor! ¡Cuando estamos
fuera del Espíritu, viviendo en la carne y según nuestro raciocinio natural,
nuestros errores son tan estúpidos y nuestras decisiones tan ridículas!
Ayúdanos a tenerte más presente a Ti, Señor, a ser más humildes ante Ti, más
sensibles a Tu Espíritu para que sepamos Tu Voluntad y la hagamos! ¡En el
Nombre de Jesús te lo pedimos! ¡Amén!
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