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viernes, 7 de enero de 2011

28 de febrero


¡Dios quiere que seas feliz!

¡El nuestro no es un Dios triste! ¡Es un Dios alegre, que quiere que tú también seas feliz! En la Biblia dice: «¡Feliz el pueblo cuyo Dios es el Señor!» (Sal.144:15) He ahí lo esencial de la Salvación: ¡librarnos del sufrimiento, del dolor, de la muerte y de las lágrimas que el Enemigo y los pecados del hombre han acarreado al mundo! Dios no es un monstruo que trata de negártelo todo para hacerte desgraciado. ¡No, Él ama la vida y lo creó todo para que lo disfrutes! ¡Hizo este mundo tan hermoso como morada para ti, para que vivas en él y te deleites, y como muestra de Su amor te ha dado un cuerpo, una mente y un corazón maravillosos para poder disfrutar de él!
¡En realidad, a veces nos bendice tanto que llega casi a consentirnos, al concedernos las peticiones de nuestro corazón por habernos deleitado en Él! (Sal.37:4) Claro que Dios es muy astuto: ¡sabe que cuanto más felices seamos, más le amaremos y más dispuestos estaremos a obedecerle, motivados simplemente por el amor, y que así cumpliremos mejor nuestra tarea para Él de servir a las personas con las que Él quiere que compartamos Su amor!
Dios quiere hacerte feliz con Su amor y ayudarte a llevar también la felicidad a los demás, ¡mediante Su amor y el tuyo! He ahí el principal objetivo de nuestra vida: ¡amar a Dios y disfrutar de Él eternamente, tratando de ayudar a los demás a hacer lo mismo!

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