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sábado, 5 de febrero de 2011

28 de abril


¡Dios es nuestro Sol!

Él creó el sol, la luna, las estrellas, la tierra y los planetas para ilustrar sus verdades espirituales. Lo hizo con la intención de que pudiéramos entender mejor nuestra relación con Él y la necesidad que tenemos de Él en nuestro sistema solar espiritual.
¡La vida misma no sería posible sin el sol! Sin la luz solar estaríamos en perfecta oscuridad, salvo por la luz de las estrellas, así como nosotros, sin el Señor, estaríamos en casi completa oscuridad espiritual. ¡Sin el abrigo y el calor de los rayos del sol nos congelaríamos, del mismo modo que sin el Señor estaríamos espiritualmente muertos de frío! Sin los rayos solares no se daría el proceso de fotosíntesis que hace crecer las plantas, que a su vez nos suministran el alimento necesario para nuestro sustento; asimismo sin el Señor, que nos alimenta espiritualmente, moriríamos de hambre espiritual. Sin la fuerza de gravedad del sol, la tierra, en lugar de seguir en su órbita bien trazada, se perdería sin rumbo por el espacio. De igual modo, sin la guía de Dios -la fuerza gravitacional que Él ejerce sobre nuestro mundo espiritual- ¡indudablemente nosotros también nos saldríamos de la bien trazada órbita de Su voluntad, y nos alejaríamos a la deriva, por las tinieblas del espacio espiritual!
Si el sol es tan poderoso, ¡imagínate el poder de Dios, nuestro sol espiritual, y cuánta falta nos hace!

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