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viernes, 17 de junio de 2011

24 de agosto: ¡La curación es semejante a la resurrección!

¡El dolor es un toque del infierno, y la curación es un toque del cielo! La sanidad es un ejemplo de la vida perdurable, de la renovación del cuerpo, de la cura de la enfermedad. ¡Es un toque de resurrección!
Al experimentar la Salvación, probamos cómo van a ser la Salvación eterna y el cielo. Nosotros «hemos gustado del don celestial y de los poderes del siglo venidero» según dice la Palabra. (Heb.6:4-5) De igual modo, cuando somos sanados, tenemos una pequeña muestra de lo que Dios hará un día de estos. ¡Aún no hemos alcanzado la resurrección total, pero de vez en cuando recibimos un ligero toque de ella! (Rom.8:11) Ya tenemos Su poder curativo manifestado en nuestros cuerpos mediante la sanidad del Señor, pero en realidad no será completo hasta que hayamos recibido nuestros cuerpos eternos, sobrenaturales e indestructibles, ¡sobre los cuales la muerte ya no tendrá poder ni derecho alguno!
¡La mejor curación de todas será cuando Jesús vuelva y seamos transformados al recibir nuestros cuerpos nuevos! ¡Esa será la curación definitiva! ¡Entonces ya no tendremos más enfermedades, malestares ni dolores! ¡Esa es la curación permanente: la resurrección final! ¡Aleluya! (1Cor.15:51-57)

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