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sábado, 9 de febrero de 2013

16 de septiembre: ¡De Su ejército, Dios espera obediencia y fidelidad totales, absolutas e incondicionales!




             En cualquier ejército del hombre uno tiene que tener fe y confianza en los superiores, y estricta lealtad y obediencia a los mismos, si quiere evitarse problemas. ¡Estamos en este Ejército para obedecer a Dios y a Sus dirigentes y para hacer lo que El nos mande, y tenemos que aprender a aceptar indicaciones y a respetar la autoridad! El Señor, en parte, ha permitido la existencia de los militares de este mundo como un ejemplo físico y humano de lo que El espera de Su Ejército: ¡Lealtad total y absoluta! ¡Obediencia y fidelidad total, absoluta e incondicional! ¡Nuestra primera reacción instantánea debe ser siempre obedecer a Dios y a nuestros superiores sin vacilar!
             ¡Para obedecer a tus superiores necesitas fe! ¡Tienes que creer que ellos saben lo que hacen, aunque no lo entiendas! En épocas de paz queda más tiempo para prácticas, explicaciones y hasta sugerencias desde las filas; ¡pero en tiempo de guerra el general no siempre tiene tiempo para explicaciones, y hay veces en que se debe seguir al jefe de improviso, ciegamente y por fe! ¡Este acertado o no, si es tu jefe, tu posición es simplemente obedecer!
             "¡No te corresponde replicar, no te corresponde razones preguntar; a ti te corresponde obedecer sin vacilar!" ¡Amén!

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