Dios espera que Sus hijos, aquellos
que le conocen personalmente y conocen Su voluntad y Su Palabra, lo toquen de
manera directa y personal, que hagan contacto con El directamente y no a través
de la fe o las oraciones de alguien más. ¡Es por esto que lo más importante que
todo cristiano puede aprender --y que todo cristiano recién convertido debe
aprender por sí mismo--es obedecer a Dios y escuchar nuevas cosas de El cada
día!
Todos los días puedes escuchar a Dios, y todos
los días deberías escucharle. No es necesario que sea en voz alta; no tiene que
ser algo audible. Puede perfectamente ser esa voz apacible y delicada que
sientes dentro de ti. A veces ni siquiera son palabras, sino una simple
impresión que recibes. Dios no necesita comunicarse con palabras; puede
sencillamente darte una sensación, una imagen o una idea. ¡Si de verdad crees,
si quieres oir o ver algo y se lo pides al Señor, no quedarás defraudado! ¡Y
aquello que veas o escuches con los ojos u oídos de tu espíritu, será lo que el
Señor te da! ¡Será un consuelo enorme para ti!
Si de verdad quieres oírle, El te hablará.
Solo necesitas tener fe. ¡Si crees, Jesús habla en cualquier momento y lugar! ¡En
cualquier momento que lo creas!
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