¡Si tratas de hacer la Obra del
Maestro sin el poder del Maestro, estás emprendiendo lo imposible! No puedes
afanarte y esforzarte para conseguirlo empleando tus propias fuerzas. ¡Debes
acudir al Señor y orar sinceramente para que te dé la fortaleza, el espíritu y
la inspiración necesarias para lograrlo, pues de lo contrario te agotarás!
Como aquella historia del niñito que se esforzaba
por levantar un objeto muy pesado. Cuando su padre entró a la habitación donde
estaba le preguntó: "¿Estás empleando todas tus fuerzas?" "¡Sí,
por supuesto!", le respondió impaciente. "Pues no es así",
replicó su padre, "¡no me has pedido que te ayude!" ¡Un poquito de
ayuda del Señor es la mejor ayuda que puedes solicitar! Eso es lo único que
necesitamos: un poquito de ayuda de Jesús. ¡Un poquitín de ayuda de Jesús
bastará para que todo esté bien, muy bien! ¡Sin El no eres nada, pero con El lo
eres todo!
"Dame una labor monumental, humanamente
imposible de realizar, que a Ti acudiré para hallar apoyo, y al apoyarme en Ti
fortaleza encontraré".
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