¡El amor es lo más importante! En realidad, el
propósito de esta vida es amar a Dios y a los demás. Esto no sólo conlleva
ganar a los perdidos allá afuera, ¡sino también ganar hermanos y hermanas aquí
mismo! ¡La razón de todo es el amor!
Algunas de las relaciones que tenemos son
directas entre nosotros y el Señor, como la alabanza, la oración y la
obediencia, pero la mayoría son relaciones a un nivel personal con los demás. Y
la lección principal que debemos aprender es la de amarnos los unos a los
otros. ¡Si no hemos aprendido cómo trabajar con otras personas, y cómo amarlas
y tratarlas, nos estamos perdiendo la lección principal por la cual estamos
aquí!
No creceremos mucho ni aprenderemos mucho a
menos que aprendamos a relacionarnos con otros de manera amorosa, lo cual no es
fácil, pues requiere paciencia, amor y humildad. El Señor nos dio la solución
cuando dijo: "Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con
vosotros, así también haced vosotros con ellos" (Mat.7:12). Hay que
aprender mucho para saber llevar eso a cabo: ¡y amar mucho también! ¡Pero
precisamente para aprender eso estamos aquí!
¿Quieres crecer? ¡Pues entonces ama!
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