Uno no puede transformarse a sí
mismo, ¡pero Dios sí puede hacerlo mediante el poder milagroso de Su Espíritu!
¡El hace lo que uno no puede!
Eso es lo que significa "nacer de
nuevo" en el Espíritu y volverse una "nueva criatura en Cristo
Jesús". ¡Las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas!"
(2Co.5:17) Cuando El entra en tu vida, no solo te renueva, te purifica y te
regenera el espíritu, sino que también te renueva la mente. Literalmente corta
las viejas conexiones y reflejos y poco a poco las va reconstruyendo. Cambia
los cables y hace una nueva instalación hasta producir todo un nuevo sistema de
computación con un concepto totalmente nuevo de la vida y un nuevo modo de ver
el mundo, y con nuevas reacciones prácticamente ante todo lo que te rodea.
Sin embargo, para ti es imposible hacer esa
renovación por cuenta propia. Si quieres transformarte es preciso que le pidas
a Jesús que entre en tu corazón. Cuando El entra en ti, todo cambia, ¡todito!
Eres otra persona, totalmente distinta. ¡Pero tú no tienes parte en eso!
Tú no haces nada más que pedirle a Jesús que entre. ¡Es un milagro de Dios!
A veces el cambio es instantáneo; otras veces
tarda un tiempo. Pero si verdaderamente eres salvo, cambiarás, ¡porque El
cambia a la gente!
No hay comentarios:
Publicar un comentario