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jueves, 20 de enero de 2011

27 de marzo


¡Qué maravilloso es confiar en el Señor!

La fe y la confianza en Dios proporcionan una sensación de descanso físico, satisfacción del alma y tranquilidad y bienestar espirituales. ¡Si sabes que Dios te ama, sabes que todo saldrá bien y que Él cuidará de todo! Y así puedes tener tranquilidad de espíritu y descansar en el Señor.
¡Pero las preocupaciones pueden matarte! La Biblia nos dice: «El temor lleva en sí castigo.» (1Jn.4:18) ¡Y es muy cierto! ¡El miedo es mortal! ¡Las preocupaciones pueden llegar a ponerte enfermo, puedes morirte de angustia! Por eso la fe en Cristo y en Su Palabra son el mejor remedio que hay. La fe es lo contrario del miedo, y si se tiene fe, no se puede tener miedo. Se tiene lo uno o lo otro, y cuando el temor sustituye a la fe, aparecen los problemas. Pero si te aferras al Señor y a Su Palabra, y reemplazas el temor con fe, ¡entonces sí que encontrarás soluciones! Pásale tu problema a Dios; Él nunca falla, y si de verdad confías en Él, te ayudará a salir del apuro.
Ayúdanos a no preocuparnos, Señor, porque confiamos en Ti, nuestro pensamiento en Ti persevera y Tú nos guardas en completa paz (Isa.26:3). Sabemos que Tú te ocuparás de todo, Señor; que Tú sabes qué es lo mejor que se puede hacer, y que Tú lo controlas todo. «¡A salvo en los brazos de Jesús, seguro en Su acogedor regazo, libre de toda inquietud, allí te aguarda el descanso!»

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