Uno nace con ciertos rasgos
positivos y ciertos rasgos negativos; y tanto tus ancestros como tu signo
astrológico y tu medio ambiente influyen en la formación de tu personalidad,
pero de ti depende mucho que acentúes tus rasgos positivos y trates de
superar los negativos.
Dios le da dos lados a cada persona, y lo que
hagas con lo que tienes depende en gran medida de ti. Puedes ser fuerte y bueno
o débil y malo: El deja en tus manos esa decisión y la capacidad de escoger en
qué dirección quieres ir: si quieres nadar cuesta arriba aunque sea más
difícil, o si prefieres dejarte arrastrar por la corriente. Eres tú quien lo
decide, ¡pero si tomas la decisión correcta y de verdad quieres ser
fuerte, bueno y de Dios, el Señor puede intervenir y ayudarte a
que lo seas! ¡Juntos podrán vencer el medio que te rodea, tus rasgos
hereditarios y ese lado débil y malo de tu naturaleza, si de veras te lo propones,
y tienes la fe, la iniciativa y la determinación necesarias para combatirlos!
¡El puede vencerlo todo y convertirte en una
nueva criatura en Cristo Jesús para la cual las cosas viejas pasaron y todas
son hechas nuevas! (2Cor.5:17)
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