Si te hace falta algo, ¡dilo!
¡Las escrituras dicen: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad,
y se os abrirá"! ¡Conviene hacer publicidad! (Mat.7:7) Dios quiere que
pidas para poder darte la parte que te corresponde por la fe y recompensar esa
fe con una respuesta.
Preocuparse de lo que piense la gente denota
un temor fruto del orgullo. Si te da verguenza pedir, no te estás mostrando
sincero, y eso es orgullo. El temor a fallar o a no ser aceptado --producto
delorgullo--a menudo nos impide dar el primer paso. Debes olvidarte de todo
amor propio y ser franco. "No tenéis lo que deseáis, porque no pedis.
¡Pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido!" (Stg.4:2; Jn.16:24)
Ábrete y sincérate, admite humildemente tus
necesidades y no te dé verguenza confesarlas. La sinceridad es rectitud en
realidad, es ser franco contigo mismo y con los demás. ¡Confiesa, pues, tu
necesidad, pídela y obtenla! Es normal y correcto. No finjas que no te hace
falta.
¿Qué es amor? ¡Es comunicación, el amoroso
conocimiento mutuo, la amorosa comunicación mutua! ¡Cuántos disgustos nos
ahorraríamos si tan solo fuéramos sinceros y admitiéramos mutuamente nuestras
necesidades!
No hay comentarios:
Publicar un comentario