Quizá digas: "¡No puedo permitirme dar el 10% de todos mis
ingresos a la Obra del Señor, porque estoy muy escaso de fondos!" ¡Cuando
la verdad es que lo que no puedes permitirte es no diezmar!
¡Dios tiene un perfecto sistema de
recompensas, dividendos, intereses y reembolsos, de cien veces más para ser
exacto! (Mt.19:29). Ese es Su Principio Económico: si le devuelves a Dios la
pequeña porción del 100% que te ha cedido, ¡El a cambio te bendecirá y se
encargará de que tengas más que suficiente!
Diezmar es parte de la prueba de fe que te
pone Dios. El sabe de antemano que a menudo el diezmo te hace falta o que te
puede parecer parte necesaria de tu presupuesto, y que puedes creer que no
podrías prescindir de ello. Pero diezmar es un acto de fe y obediencia, un acto
de obediencia producto de la fe. Demuestra que tienes fe en que Dios cumplirá
sus promesas y te bendecirá por ello.
¡Puede que no siempre veas resultados
inmediatos, ya que Dios nos prueba a ver si obedecemos por fe! Pero luego El
siempre termina por bendecirnos abundantemente. ¡Cuanto más damos, más nos
devuelve El! ¡En lo de dar, es imposible que superes a Dios!
No hay comentarios:
Publicar un comentario